La música es un gran recurso educativo que no debemos reducir solamente a su área ya que contribuye a muchos aspectos del desarrollo y a la formación integral del individuo. La LOMLOE establece que la finalidad de educación infantil es la de contribuir al desarrollo físico, afectivo, social, cognitivo y artístico del alumnado, así como la educación en valores cívicos para la convivencia. Es por ello, que por primera vez se enfatiza el desarrollo artístico del infante. Dentro de este desarrollo podemos destacar la educación musical, ya que queda demostrado que la música activa el cerebro infantil, según la neurociencia :"Ya existe prueba científica de que la música efectivamente influye en el desarrollo de ciertas habilidades en los niños, y esperamos que cada vez más escuelas apuesten por su implementación con grandes programas de música, no solo para mejorar el aprendizaje sino para favorecer el crecimiento emocional de los más jóvenes”(Dr. John R. Iversen).
Es por ello por lo que, música y movimiento, son el binomio perfecto para nuestras sesiones de psicomotricidad, donde pretenderemos desarrollar de manera globalizada diversas capacidades en nuestro alumnado.
Laguirre y De Mena (1992) defienden que la unión de la educación psicomotriz y la musical era capaz de desarrollar en los niños y niñas habilidades tales como: análisis, síntesis, abstracción, simbolización y expresión, además de facilitar el desarrollo de la imaginación y la creatividad. “El ritmo musical es un buen hilo conductor en todas las actividades de psicomotricidad”. (Aguirre y De Mena, 1992). Otros autores como Gardner, y los nuevos estudios de la Neurociencia, apoyan la tesis de que los estímulos recibidos mediante la música y el movimiento influyen de manera sustancial en el desarrollo de la inteligencia.
Te dejamos aquí nuestra propuesta para una divertida sesión de psicomotricidad de la mano de Timplín.
Comments